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martes, 19 de mayo de 2009

La adoración del Señor de Chalma durante el Carnaval

Hay algo curioso en el sincretismo en torno al Carnaval, en un significado prehispánico, Xipe Totec, dios de la fertilidad, era celebrado poco antes del inicio de la primavera, cuando la tierra reverdece y cambia de piel; esto sucedía en una ceremonia denominada Tlacaxipehualiztli, que significa “desollamiento de hombres”. Los hombres que eran sacrificados se volvían dioses y otros hombres comían de esa carne, creían que con ello absorbían su valentía. En el caso de los otomíes este sacrificio no era humano, se hacía con perros (Guerrero, 1986). La creencia cristiana y la creencia prehispánica casi coinciden de fecha.

La idea que tenemos de la festividad denominada Carnaval normalmente es de regocijo, fiesta y desenfreno, es comprendido como el momento licencioso antes de un largo periodo de días de guardar, el festinar consumiendo carne, misma que no estará permitida hasta pasada la Semana Santa. Pero hay una singularidad entre las comunidades otomíes de la Sierra Madre Oriental, en entidades como Hidalgo, Veracruz y Puebla, en donde también fue el Reino de Huastecapan (lo que hoy conocemos como Huasteca), es el Carnaval también una tradición pagana. Es muy especial el caso de la Sierra Tepehua, en San Bartolo Tutotepec, en donde se venera al Señor de Chalma.

Como pudimos ver en el artículo anterior, la gente que participa en el Carnaval de San Bartolo Tutotepec lo hace disfrazándose de diversas formas, bailan y beben, escuchan la música, la fiesta se da en el seno de sus comunidades y la cabecera municipal. La fiesta inicia el domingo en cada barrio o comunidad de ese municipio, el lunes las comunidades se reúnen en la cabecera municipal integrando una gran cuadrilla. Pero el Martes de Carnaval es el día más importante de la semana, ese día se hace una ceremonia y una pequeña peregrinación a el Señor de Chalma, patrono de la fiesta de Carnaval. En dicha ceremonia participan mayormente las mujeres y al frente de ellas el mayordomo, quien acaba de asumir esa misma semana el compromiso de organizar la fiesta.

Las imágenes y video son testigo de cómo se celebra el Martes de Carnaval en la comunidad otomí de El Mavodo, un lugar situado en lo alto de una montaña, en las fotos pueden apreciar cómo a un costado de la iglesia hay un peñón (justamente ése es un mavodo, cuya definición en lengua otomí es: piedra de color negro), Santiago Alejandro, uno de los pobladores, me dice que ahí hay una caverna que apenas se han atrevido a explorar pues su entrada está tapada con piedras. Más arriba está otro cerro en donde han plantado el palo del volador.

Llegamos a El Mavodo justo en el momento en que Andrés San Agustín dejaba su cargo de mayordomo a Feliciano Flores, ser mayordomo es todo un honor para un miembro de la comunidad, dura un año y dentro de ese honor está el hacer todo el gasto que conlleva la fiesta; Félix Chávez, Secretario de Turismo del ayuntamiento me comenta que tal compromiso hace que muchos pobladores vayan a Estados Unidos a trabajar por un periodo de tiempo para poder pagarla. La mañana del martes un grupo de pobladores prepara una barbacoa, las mujeres también preparan alimentos como el mole, tortillas y arroz, en otro lugar del pueblo hay unos artesanos preparando el castillo de fuegos artificiales, por otro lado van llegando un trío huasteco y una numerosa banda de viento; todo lo paga el mayordomo. Algunos jóvenes de la comunidad están todavía dormidos pues la noche anterior estuvieron bailando y bebiendo disfrazados por horas.

Al mediodía la ceremonia pagana comienza en la casa del mayordomo entrante, un chamán o brujo hace los rezos ante un altar y diversas ofrendas de flores y comida, la pequeña y antigua imagen del Señor de Chalma, mientras tanto el trío huapanguero alterna con la banda de viento tocando vinuetes, música antigua que se toca en estas solemnes ocasiones y en las honras fúnebres (pueden apreciarla en los videos), en el caso de los tríos es el violín el que lleva el ritmo. Mientras suena la música las mujeres bailan y la habitación se llena del humo del copal. Luego de que termina esta ceremonia, el mayordomo lleva en una canasta adornada al santo, lo acompañan las mujeres y se dirigen a lo alto del cerro en donde está el palo del volador, son varios metros de caminata, igualmente acompañada por la música de ambos conjuntos.

Ya en el cerro, lo que primero hace el mayordomo, los músicos y las mujeres es dar algunas vueltas al pie del palo del volador y nuevamente el chamán hace rezos ante un nuevo altar adonde permanecerá el Señor de Chalma por el resto del día. En los momentos siguiente irán llegando los hombres y niños disfrazados para continuar las festividades de Carnaval: charros, tilichudos, gorilas, gallos, carneros y otros animales, encapuchados, diablos con máscara de madera, niños que parecen adultos chiquitos, o enanos, o jorobados; estos bailadores acostumbran hacer ruido percutiendo pequeños tambores rústicos con una baqueta (que todavía se fabrican), suenan también gritos y aullidos. Toda la tarde y noche habrá comida y bebida, música y fuegos artificiales.

El palo volador

Para estas fiestas el palo del volador no tuvo danzantes, hace tiempo que ya nadie sabe bailar y descender acrobáticamente como los voladores de Papantla, en ocasiones han tenido que venir los cinco danzantes de otros lugares en Puebla o Veracruz. El palo del volador tiene un gran significado ritual para los otomíes, sobre todo es el puente entre el inframundo y el cielo, refleja las vueltas del calendario (4 hombres dan trece vueltas, lo cual da 52 que es el antiguo siglo mexicano), representa a los hombres que se vuelven águilas o dioses y es una ofrenda a la fertilidad. El ritual del palo del volador inicia cuando el grupo de pobladores acude al bosque a seleccionarlo y talarlo, para trasladarlo lo llenan de flores y lo ahúman de incienso y lo acompaña la música de un tamborcillo y flauta. Cuando el palo llega al lugar donde ha de colocarse, en el agujero echan un guajolote pequeño, una gallina, dos o tres palomas ligeramente emborrachadas con aguardiente, el palo es insertado y los animales mueren aplastados, finalmente el palo es acuñado para que no se caiga. La suerte de los animales es para evitar que alguno de los danzantes acróbatas caiga accidentalmente y a su vez un rito de fertiliadad. Los pobladores de El Mavodo nunca han pensado en ella para atraer al turismo, (Guerrero, 1986) y quizá, aunque no haya voladores, es importante que cuando menos exista el palo.


Para saber más acerca de las tradiciones de esta región, les recomiendo el libro: Otomíes y Tepehuas de la Sierra Oriental del Estado de Hidalgo de mi abuelo, el profesor Raúl Guerrero Guerrero (1986), en quien me inspiré y a quien agradezco muchos datos que explican esta crónica. Además pude comprobar que desde los años 80´s, cuando él hizo esta investigación, a estas fechas poco ha cambiado esta tradición.


jueves, 14 de mayo de 2009

El Carnaval en San Bartolo Tutotepec

El Lunes de Carnaval hombres disfrazados provenientes de comunidades de San Bartolo Tutotepec se reúnen en la cabecera municipal en una impresionante gala en la cual muestran sus disfraces y balies.
Foto: Félix Chávez


Antigua foto de San Bartolo Tutotepec
Es uno de los carnavales más tradicionales de Hidalgo, sobretodo por una fusión trascendente de culturas, es el carnaval que se celebra en San Bartolo Tutotepec. Este municipio se ubica en la llamada Sierra Oriental o Sierra Tepehua, en la parte oriente del estado de Hidalgo. Injustamente esta zona no es considerada por muchas personas y programas oficiales como parte de la región Huasteca (lo fue en la antiguedad, de acuerdo con lo expresado por Joaquín Meade en 1949 en su libro "La Huasteca Hidalguense"); la música, las tradiciones, los hábitos culturales, la gastronomía y la inegable presencia ancestral de la cultura huasteca es evidente, además de que esta región colinda con territorios considerados huastecos de los estados de Veracruz y de Puebla.

El Carnaval es una fiesta que dura quince días y está ligada con las festividades del 2 de febrero Día de la Candelaria y la feria del municipio a principios de marzo (segundo viernes de Cuaresma) en honor del Señor de la Salud; es un momento importante para la población de las comunidades y barrios de San Bartolo Tutotepec. En cada una de ellas, en donde predomina la cultura indígena otomí o n'yühü, se organiza tanto el festejo, en donde los hombres se disfrazan para salir a bailar, como la ceremonia religiosa, la cual se ofrece al Señor de Chalma, quien es el santo patrono de la fiesta; además es importante dar de comer y de beber a los participantes, para lo cual se preparan tamales, mole, barbacoa, entre otros platillos. Todo lo anterior es responsabilidad del capitán o mayordomo, quien asume tanto el liderazgo de la organización y es quien debe pagar todos o la mayoría de los gastos, entre los que se cuenta la contratación del trío huapanguero y una banda de viento, además de los altares, flores, palo del volador y sus danzantes. Es algo realmente costoso pero no menos honorífico, algunos capitanes han tenido que irse a Estados Unidos a trabajar para poder financiar esta fiesta y tener este honor único.


Justamente ése es un elemento importante en las ceremonias de Carnaval en este municipio es el palo del volador, el que comunmente es conocido en el Totonacapan como el de los Voladores de Papantla. El sentido de este elemento se cree que es una especie de puente entre el cielo y el inframundo, por ello es venerado durante las ceremonias religiosas, se le hacen ofrendas desde el momento en que es enterrado, se pasa el humo de incienso y copal y los danzantes disfrazados se reúnen en torno a él para bailar y así espantar a Satanás. En las comunidades se instala el palo por su valor indispensable ceremonial y no necesariamente es utilizado por voladores, quizá porque de estos danzantes casi no quedan y éstos deben venir de la Sierra de Puebla o del Totonacapan.

El pasado lunes 23 de febrero, como se acostumbra en las festividades carnavalescas, se hicieron presente en San Bartolo Tutotepec las comparsas de hombres disfrazados, procedentes de varias comunidades como Pie del Cerro, San Miguel, y El Mavodo, encabezadas por sus capitanes Agustín Soria Tolentino, Leoncio San Agustín y Andrés San Agustín Velazco, respectivamente. Llegaron a caballo y a pie, un nutrido y colorido grupo de hombres disfrazados, que al compás de la música de bandas de viento y tríos de huapango hacían toda clase de bullicios. Cabe aclarar que el palo del volador que se aprecia en las fotos no fue utilizado para danzantes voladores, lo imposibilitaban los cables de luz de la plaza.

Disfraces utilizados tradicionalmente:

Comanche.- es el tradicional traje de apache, los hombres se disfrazan de taparabos, penacho de plumas y su arco con jaras. Suelen incluir máscara de madera, aunque en ciertos casos también son sólo un trapo con el que se cubren la cara y en él dibujan los ojos, boca y nariz.

Costaludo.- es un ingenioso disfraz hecho con cristales de yute y también de plástico deshilachados, son de diversos colores y aparentan ser mounstruos peludos. Ahora se ha puesto de moda usar máscaras de hule, de las de Halloween.

Tilichudo.- un tanto similar a los costaludos, pero este disfraz se hace de jirones de tela.

Xitás.- es el tradicional disfráz de huehue o anciano.

Payos.- vestidos de charro, usan máscara de madera y un exagerado barroquismo en su aspecto.

Otros disfraces son de diablos, de animales. Los niños juegan a perseguirse, algunos hacen sonar un pequeño tambor y silbatos de barro o de metal. Otros bailadores hacen sonar una reata azotándola contra el suelo o contra sí misma, haciendo un sonido similar al de un cohete.

Después de este Lunes de Carnaval la fiesta seguirá toda la semana para ellos en sus propias comunidades, el Martes de Carnaval será la ceremonia religiosa y seguirán bailando toda la tarde y noche. Estas comparsas se volverían a reunir el siguiente fin de semana, nuevamente en la cabecera municipal, para concursar por el mejor disfraz y ganar algunos premios.

En una próxima entrega, les mostraré, estimados lectores, una crónica de la ceremonia al Señor de Chalma en la comunidad de El Mavodo.

Agradezco a Félix Chávez, secretario de turismo del ayuntamiento de San Bartolo Tutotepec por haberme permitido utilizar sus fotos y además por la información proporcionada.

miércoles, 6 de mayo de 2009

Descanse en Paz Don Servando Rubio

Don Servando Rubio, foto: Anatolio Vázquez

Nuevamente la Huasteca está de luto, murió en un lecho humilde uno más de los grandes, este sábado 2 de mayo dejó de existir don Servando Rubio, quien en más de 60 años de trayectoria deleitó con su violín a muchos corazones huastecos. Fue fundador de los tríos "Regionales de Hidalgo", "Alma del son huasteco" y "Amanecer Huasteco".

Copio de la página de Laura Olivia y Anatolio algunos datos y foto:

Nació el 23 de octubre de 1932 en San Rafael, municipio de Chapulhuacán, Hgo. (misma tierra en donde también nació Don Frumencio Ortíz Nápoles, nacido en 1923 y fallecido en septiembre pasado).

Como muchos jóvenes, Servando tuvo que migrar en 1958 hacia la capital del país en búsqueda de mejores oportunidades, empieza a trabajar como albañil pero ya sabía tocar el violín la huapanguera y la jarana, su padre era de aquellos campesinos-músicos que le había legado a sus 9 hijos esos saberes.

He aquí la crónica de nuestro amigo Gregorio Martínez Moctezuma de Azteca21 Magazine en donde le hicieron un homenaje a Don Servando por sus 60 años de trayectoria en el año 2007.

martes, 5 de mayo de 2009

Más del Carnaval en la Huasteca Poblana

Después de visitar Pantepec, seguimos recorriendo la Huasteca Poblana tratando de encontrarnos con el Carnaval, a la orilla del camino iban apareciendo pequeños grupos de bailadores. Así son los carnavales, de sus comunidades van saliendo los grupos de danzantes disfrazados y llega el momento en que se celebra la fecha principal del Carnaval, que no necesariamente es el martes, y estos grupos denominados cuadrillas se juntan en magna fiesta.


Estas fotos corresponden a la pequeña comunidad de Viejo Carrizal, municipio de Pantepec; adonde un grupo de niños se divertían bailando, cada quien con su peculiar creatividad se había hecho su propio disfraz, se puede notar en ello que los más improvisados son los más tradicionales, sobretodo en aquellos en los que la máscara es de trapo, también se distinguen algunas máscaras de plástico y algunas de luchador, pero afortunadamente muy pocas. En esta zona nunca se acostumbró el utilizar máscaras de madera.


Las fotografías fueron tomadas por Aída Suárez.

Unos kilómetros adelante, en Mecapalapa, nuevamente uno se encuentra en este Domingo de Carnaval, pequeñas cuadrillas de bailadores que provienen de comunidades cercanas, bailan afuera de las casas y comercios, reciben algo de monedas y continuan caminando hacia otros lugares en donde los admiren un rato. Nótese el empeño que le ponen a sus disfraces y el grito que algunos de los bailadores echan para denotar su alegría. Esta cuadrilla contrató a su propio trío de husteco que los acompañara tocando sones de Carnaval.




El miércoles de ceniza, en Mecapalapa se celebra una tradición muy distinta al video anterior, pero que pertenece también a las fiestas de Carnaval, se trata de la salida de "Los Tiznados" o "Los Chombos", recordemos que en países caribeños así les llamaban a los hombres de raza negra que sabían hablar inglés. Los Tiznados son personas comunes que se pintan el cuerpo (algo parecido a los llamados "Mecos" en Atlaplexco, Hgo. sólo que ellos se maquillan con lodo), aparentan ser africanos de tribu o negros esclavos y salen corriendo a la calle sosteniendo antorchas, en una estampida que simula la libertad ansiada, alegre y bailadora. Los siguientes videos no son de mi autoría, el primero es de Beakerman2009, el segundo y el tercero son de jefemao, todos ellos son videos tomados de Youtube.