(Artículo publicado en agosto de 2003 en la Sala de Prensa de CONACULTA: http://www.conaculta.gob.mx/saladeprensa/2003/29ago/huapango.htm)
Ángel Trejo
En los últimos tres lustros, la ciudad de México se ha convertido en una de las regiones del país con mayor presencia musical de son huasteco, razón por la que la comunidad huapanguera nacional ha empezado a denominarla huasteca chilanguense.
Lo anterior se sustenta por el alto número de migrantes provenientes de la Huasteca -Hidalgo, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí, Veracruz y Tamaulipas- que hacen posible la supervivencia de la tradición huapanguera en sus hijos, y en la numerosa concurrencia de tríos huastecos al Distrito Federal.
De acuerdo con el investigador Eduardo Bustos Valenzuela, quien la semana pasada organizó un Encuentro de Intérpretes de Son Huasteco en la Casa de Cultura de Tamaulipas en el DF, en la capital de la República hay alrededor de 80 tríos de son huasteco con presencia laboral y social permanentes.
Sin embargo el vicepresidente del Grupo Huasteco de Tamaulipas, A.C. en el D.F., Ezequiel Castillo Martínez, asegura que la cifra rebasa los 200 grupos, pues tan sólo los tríos tamaulipecos con asentamiento chilango llegan al medio centenar, no considerando los que eventualmente van y vienen a la capital.
El territorio huasteco en el Distrito Federal está integrado por foros de reunión permanente de soneros huastecos, como la Casa de Cultura de Tamaulipas, ubicada en Ernesto Pugibet 73, Centro Histórico, el salón La Cantera y el paradero de la estación Indios Verdes del Metro (La Villa).
También forman parte de la huasteca chilanguense el Jardín Hidalgo de Coyoacán, junto a la iglesia de San Bautista; el Taller de Son Huasteco de la Escuela Normal Superior (Azcapotzalco); la Casa de Música Popular (colonia Guerrero); y el Balcón Huasteco, restaurante en la calle Sor Juana Inés de la Cruz (Santa María la Ribera).
En estos lugares -así como en decenas de fondas, cantinas, loncherías y piqueras- el son huasteco es interpretado, compuesto, enseñado y bailado con regularidad, revelando una "pujanza que no se advierte en otros géneros musicales populares mexicanos", afirma el compositor Bustos Valenzuela.
Uno de los principales factores de la cada vez mayor concurrencia de huapangueros a la ciudad de México -además de la migración y el desempleo que afecta a la Huasteca- es el centralismo, pues la mayoría de los tríos se ven obligados a viajar a la capital para grabar y comercializar su música en empresas capitalinas.
Uno de los objetivos del I Encuentro de Intérpretes, celebrado en la Casa Tamaulipas, fue analizar los problemas laborales, técnicos y sociales del gremio, toda vez que sólo cuentan con algunas colaboraciones para la difusión de su música por parte de instituciones como el Conaculta.
El concepto huasteca chilanguense no tiene, por supuesto, sustento étnico ni geográfico, pero su base anecdótica es compartida cada vez más por la comunidad huapanguera y gana terreno como elemento descriptivo del 'boom' musical experimentado por el son huasteco de 1988 a la fecha.
La influencia del son huasteco no está delimitada hoy por la geografía y la cultura huastecas, cuyo territorio sólo abarca áreas de los Estados de Hidalgo, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí, Veracruz y Tamaulipas. La Huasteca es una región de temperatura cálida y húmeda, suelos llanos y bajos (mil metros de altitud máxima).
Está acotada por el golfo de México en el oriente y por la Sierra Madre Oriental en el poniente. La huasteca más extensa es la de Veracruz, porque abarca el territorio norte del Estado a partir del río Cazones y puerto de Tuxpan (la puerta de la huasteca), y topa con Tamaulipas teniendo como frontera los ríos Pánuco y Tamesí.
Le sigue en magnitud la huasteca Potosina, cuyo territorio representa casi la tercera parte de San Luis, partiendo de Tamazunchale y Xilitla en el sur y llegando a Tancahuitz y Ciudad del Maíz en el norte. Su centro es Ciudad Valles. Tamaulipas aporta el Valle de Llera y las grandes ciudades de Tampico, Madero y Altamira.
Hidalgo concurre con ocho municipios de su región norte, de la cual es cabecera cultural Huejutla de Reyes; Querétaro los ayuntamientos de Jalpan, Landa de Matamoros y Arroyo Seco; y Puebla, la huasteca más pequeña, sólo abarca a La Ceiba y Xicotepec, aunque este pueblo geográficamente pertenece a la Sierra Norte.
Acerca de Xicotepec hay un debate, con base en válidos pero parciales argumentos geográficos, étnicos y culturales, sobre si es o no huasteca, el cual puede extenderse a regiones y municipios de otros estados -Nuevo León, Guanajuato, México y el Distrito Federal- por la fuerte presencia de la tradición huapanguera.
En el contexto limitado de la cultura musical huasteca -presente en prácticamente toda la parte norte de la Sierra Madre Oriental desde que surgió el huapango- pudiera ser válido, aunque de manera anecdótica, el concepto huasteca chilanguense para caracterizar a los huapangueros del Distrito Federal.
Este criterio ha propiciado que en la comunidad huapanguera se hable, desde hace varios años, de huastecas neo-leonense, guanajuatense y mexiquense en reconocimiento al fervor musical de los huapangueros de General Terán (NL), San Luis de la Paz y Xichú (Gto.) y Tecámac (México), donde a partir del año 2000 se realizan festivales de huapango.
A partir de estos criterios, la chilanguense, sería la décima entidad huasteca de México.
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