El Festival de la Huasteca se ha consagrado, aun con lo que muchos le han criticado, como la magna fiesta huasteca, capaz de reunir a todos aquellos que viven la cultura huasteca y a quienes quieran conocer más de ella. En esta ocasión le tocó a Xilitla, San Luis Potosí ser la sede del Festival, desde la clausura del anterior festival en Huauchinango, los xilitlenses se hicieron presentes para aceptar la estafeta con un entusiasmo, nos informaron que el festival se celebraría en el marco de las fiestas patronales del 28 de agosto, Día de San Agustín, santo patrono de Xilitla, para muestra de ello en el centro de la población se levanta un templo y convento agustino, construcción tan antigua como lo es el pueblo. Con este frenesí huasteco, muchos adoradores de esta cultura fuimos convocados a viajar a Xilitla para disfrutar tanto del festival como del lugar, que curiosamente está en un área en la cual se unen las Huastecas Potosina y Queretana
Llegar a Xilitla sólo se complicó un poco por algunas lluvias, mismas que seguirían dándose durante todo el festival, y quizá hubo acostumbrarse a las curvas en la carretera que viene de Tamazunchale; otras cosas que el camino nos ofreció, fue un bello espectáculo de miles de mariposas amarillas (así como lo leen, aunque ya lo hayan visto en otros textos) que se cruzaban por todos lados.
Al llegar a Xilitla, la fiesta de pueblo estaba en todo su esplendor, viva, alegre, con cohetones, con comida tradicional y, como es acostumbrado en los Festivales de la Huasteca, el tianguis de artesanías de los seis estados huastecos. Aunque parece ser que el huapango y los visitantes distrajeron un poco la tradición de la fiesta del santo patrono y eso algunas personas de Xilitla no lo perdonaron, sin embargo, la hospitalidad de los demás xilitlenses nunca faltó durante nuestra estancia, especialmente, para con nosotros, a María Elena, quien en el Hotel Aurora, no sólo nos brindó buen hospedaje, también unos deliciosos desayunos con tamales, zacahuil, el mejor café de la región, pan de queso, entre otras ambrosías huastecas.
Como muchos pueblos de la Huasteca, Xilitla tiene un paisaje siempre verde, con vegetación subtropical y un clima cálido húmedo. Xilitla está a más de 1000 metros sobre el nivel del mar, entre montañas altas, la más representativa es una que parece pulgar, conocida como el Cerro de la Silleta o Huizmalotépetl, como es conocido en náhuatl. La población de Xilitla está en una pequeña meseta entre montañas y un barranco en donde hay un sinnúmero de casas, arriba y al fondo; curioso es que las calles, si las viéramos desde el cielo, tendrían una forma de caracol (curioso es que Xilitla, en náhuatl, quiere decir lugar de caracoles). Xilitla posee en una parte baja de sus montañas un río del mismo nombre, mismo que nace a treinta kilómetros en Huachihuayán, lugar famoso por sus acamayas, langostinos de río que son cocinados ahí, a la orilla del río.
Foto tomada de la página del Hotel Aurora
Como ya lo había mencionado, Xilitla nos ofreció para el festival un clima lluvioso por momentos, pero que afortunadamente también nos refrescó cuando el calor podría ser muy rudo.
*Taziol es el nombre de la población en lengua huasteca o tének.
1 comentario:
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